ANECDOTAS: Desnúdese de cintura para arriba.

No sé en que estaría pensando el ayudante de mi consulta cuando le dijo a la enferma, una chica modelo, que se preparase para la exploración física en la camilla.

Tampoco sé lo que ella pensó, tal vez que estaba con el Ginecólogo, en vez de con el Cardiólogo, ya que se encontraba totalmente desnuda de cintura para abajo. Aseguró que así se lo habían pedido.

Yo si sé lo que pensé. Pero no lo digo, porque es obvio, y por la dignidad de  mi profesión. Lo que debió pasar es que  al médico le traicionó el subconsciente y olvidando «Barrio Sésamo» se equivocó con el arriba y abajo.

Días antes, me avisaron de un piso, que alguien se había puesto muy malo. Como estaba ocupado, envié a dos médicos ayudantes. Uno de ellos me dijo: «Jefe, me alegro de haber ido, el señor que estaba muy malito, se ha recuperado, pero yo todavía no. El piso está lleno de señoritas en ropa interior que están sanísimas».

Este  médico ayudante y la modelo, una de las señoritas del piso, » Relax. No profesionales», eran los protagonistas de la anécdota anterior.

Ser un buen profesional médico, a veces en situaciones dramáticas, es muy difícil,  porque hay que  mantener  la serenidad para no contagiar la ansiedad y preocupación. También tenemos que mantener la seriedad en ocasiones tan frívolas como la de esta anécdota.

Me recuerda el chiste del «salido» despistado, al que le rompieron la cara porque acudió a la cita de una señorita que anunciaba que «enseñaba el búlgaro», y se pasó un pelín en sus exigencias, porque no sabía que el búlgaro era un idioma, y no lo que él había imaginado.

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